Hace 3.000 millones de años que aparecieron las primeras plantas en nuestro planeta, y a día de hoy los científicos descubren más de 2000 nuevas especies cada año, frente a las miles de especies que se extinguen sin ser descubiertas, llevando consigo sus secretos.
Las plantas siguen siendo un gran misterio que los científicos tratan de desvelar. A día de hoy, tras múltiples experimentos, ya nadie puede negar que las plantas son seres sintientes, pero a muchos todavía les sorprenden datos curiosos como los siguientes:
- Las plantas hablan entre ellas usando señales químicas y electrónicas para coordinar las respuestas a su entorno. Es como un sistema de “vigilancia vecinal” con el que se avisan si hay un peligro cerca, así como cuando se detectan polinizadores cerca, se comunican para liberar químicos para atraerlos.
- Las plantas generan energía eléctrica: en la fotosíntesis, las plantas producen unos materiales orgánicos que no utilizan y que pasan a la tierra mediante las raíces. Esta tecnología crea un pequeño reactor biológico con microorganismos que «rompen» las moléculas del sustrato, en un proceso en el que se liberan electrones y H2La empresa Arkyne Technologies ha conseguido crear un sistema electrónico capaz de recoger estos electrones y generar energía sin dañar a la propia planta ni a ningún ser vivo durante el proceso.
- Las plantas sienten: sentimientos como el miedo y la empatía son sentimientos descubiertos en 1966 por el policía neoyorquino Cleve Backster, entonces el mayor experto americano en el manejo del polígrafo. Un día decidió practicar con una planta (Dracaena massangeana) que tenía en su despacho, pensó en quemar con un fósforo a la planta y ver qué sucedía y fue en ese preciso momento, antes de que empezara a materializar su idea, sólo con acercar la llama a una de las hojas, cuando la aguja del polígrafo se puso a girar de un lado a otro expresando el sentimiento que humanos se traduciría en miedo. Este hecho cambió radicalmente su vida y se sumergió en una profunda investigación: diseñó un complejo experimento en el que un dispositivo totalmente automático y aleatorio dejaba caer unos cangrejos en agua hirviendo, mientras tres plantas en un cuarto contiguo permanecían conectadas a sendos polígrafos. Todo el dispositivo estaba orientado para que los experimentadores no pudieran conocer el momento exacto en el que se cocían los cangrejos. El análisis ulterior de los datos reveló que las agujas de los polígrafos se habían agitado frenéticamente en el momento exacto de la muerte de los cangrejos, mostrando así un sentimiento de Empatía. El experimento apareció publicado en 1968 en el International Journal of Parapsychology con el título de “Evidence of prymary perception in plant life” y la venta de Dracaena Massangeana se disparó en EEUU.
- Las plantas pueden crecer en el espacio: Sabemos que las plantas son expertas en modificar entornos para adaptarse a las necesidades de una vida más compleja. Cuando los primeros bosques comenzaron a realizar la fotosíntesis, oxigenaron la atmósfera de la Tierra y extrajeron CO2, lo que hizo que el planeta fuera más habitable. Las plantas también se adaptan a su entorno para sobrevivir, tienen que ajustar sus estructuras y metabolismo a factores como los suelos, el agua, la temperatura, la luz.
Justamente este tipo de plantas que viven en condiciones tan extremas, se estuvieron buscando y catalogando en la jornada que compartimos con Emilio Guillén, Ceo de Endemic Biotech, Loren Amat, Alcalde de Mónovar, y Lluís Serra, escritor y uno de los botánicos más importantes de España, experto en la flora de Alicante y con múltiples publicaciones sobre etnobótanica. La planta protagonista de esta jornada fue la Teucrium Libanitis.
Esta planta, muy presente en las tierras de Alicante, se ha convertido en objeto de estudio para la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, la NASA.
La peculiaridad de la Teucrium Libanitis es que crece en cristales de yeso, en unas condiciones muy extremas, y se ha demostrado que obtiene el agua que necesita para sobrevivir a través de unos mecanismos que le permiten extraer y absorber este agua de los cristales de yeso.
Un descubrimiento muy interesante para la NASA que ha iniciado un estudio para seguir está línea de investigación para lograr obtener agua inspirándose en el proceso que utiliza la Teucrium Libanitis. Hay planetas, con características muy extremas, como Marte, en el que hay yesos y en el que esta planta podría sobrevivir.
Lluís Serra, acompañado de su esposa, nos deleitó con múltiples anécdotas y curiosidades sobre el uso que se le ha dado a muchas de las plantas tradicionalmente: plantas que se colocaban debajo de los sombreros y que evitaban el dolor de cabeza, plantas que se enroscaban en forma de collares y que evitaban la aparición de eccemas en la piel, etc.
Una jornada muy interesante en la que se habló de que nos encontramos solamente al principio del túnel del aprendizaje sobre la etnobotánica, ya que queda mucho por descubrir sobre los misterios de las plantas, tanto de sus usos medicinales, como de sus técnicas y mecanismos de supervivencia y su gran adaptación al medio, que tanto nos pueden enseñar.
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años.
En concreto el ODS número 15 “Vida de Ecosistemas terrestres”, pretende conservar, proteger y restablecer la vida de ecosistemas terrestres. Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, y detener la pérdida de biodiversidad. Los ecosistemas terrestres son vitales para el sostenimiento de la vida humana, contribuyen a más de la mitad del PIB mundial e incluyen diversos valores culturales, espirituales y económicos.
Para cumplir el Objetivo 15, es esencial un cambio fundamental en la relación de la humanidad con la naturaleza y el reconocimiento de su enorme valor, junto con una rápida acción para abordar las principales causas de estas crisis interconectadas.
Todos podemos ayudar, en nuestra mano está reciclar, seguir una dieta basada en productos locales de origen sostenible y consumir solamente lo que necesitamos. Debemos ser respetuosos con la fauna y únicamente participar en actividades de ecoturismo gestionadas de forma responsable y ética para evitar perturbarla. Todavía es posible salvar nuestro planeta.
